Medalla Virgen del Carmen y San Charbel

$300.000 $320.000

Medalla Virgen del Carmen y San Charbel

$300.000 $320.000
1
-
+
Solo quedan 1 unidades de este producto

Preciosa medalla circular con miniaturas pintadas a mano de la Virgen del Carmen y San Charbel. Sus medidas son 3,8 x 3,7 cms. 

Sobre la Virgen del Carmen 

El 16 de julio de 1251, San Simón Stock, superior de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (carmelitas de la antigua observancia), se encontraba en oración, rogando a Dios que fortalezca a sus hermanos carmelitas que padecían persecución. De pronto, la Virgen María se le apareció.

Nuestra Señora se presentó vestida con el hábito de la Orden (la túnica de color marrón castaño) y, dirigiéndose al santo, le extendió la mano para entregarle el escapulario carmelita. La Virgen, entonces, le prometió que libraría del castigo eterno a todo aquel que lo llevase puesto y estuviera en gracia con Dios.

Estos acontecimientos sucedieron en Aylesford (Inglaterra) y, tras ellos, se produjo un gran impulso a esta hermosa devoción, dedicada a la “Reina y Señora del Monte Carmelo”. Desde entonces ha seguido extendiéndose por todo el mundo a lo largo de los siglos sucesivos, con abundantes frutos de santidad.

El escapulario de la Virgen del Carmen recibió reconocimiento oficial gracias a la intervención del Papa Sixto V en 1587, y su uso y difusión han sido respaldados posteriormente por otros pontífices. Es el signo máximo de la devoción a Nuestra Señora del Monte Carmelo.

Gracias a la fuerza simbólica del escapulario para evocar la gran promesa hecha por la Virgen a San Simón, los Carmelitas -tanto de la antigua observancia como los reformados (descalzos), y sus numerosas ramas espirituales- han dado fruto bueno y abundante: hoy los carmelitas -hombres y mujeres, religiosos y laicos, contemplativos e insertos en el mundo- tienen una importante presencia en los cinco continentes, herederos de una larguísima lista de santos y mártires, fieles devotos de la Virgen del Carmen.

El escapulario, por último, encierra un hermoso simbolismo. Evoca el “encuentro” entre la Antigua y la Nueva Alianza, entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, como se explica a continuación.

El monte santo

Fue en el monte Carmelo, ubicado cerca de Jerusalén, la Ciudad Santa (Israel), donde los profetas Elías y Eliseo se establecieron para vivir consagrados a la oración de intercesión por el Pueblo escogido (ver: Isaías 35, 2). Y fue en ese mismo monte donde, a mediados del siglo XII d.C., San Bartolo construyó la ermita que congregaría a decenas de sacerdotes de la Iglesia latina para trasladarse allí y empezar una vida como eremitas, en soledad y silencio. Estos devotos llegaron constituyeron la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (carmelitas), Ordo Fratrum Beatissimæ Virginis Mariæ de Monte Carmelo.

El nombre “Carmelo” proviene del hebreo Karm-El que quiere decir ‘jardín de Dios’ o ‘viña de Dios’. El nombre recuerda la belleza del lugar -se le suele llamar también ‘el jardín de Palestina’- y evoca la riqueza espiritual de una larga tradición que nace con los Profetas del Antiguo Testamento.

Los carmelitas

En 1205, San Alberto (Alberto Avogadro), patriarca de Jerusalén, entregó a los eremitas del Carmelo una regla de vida, que sería aprobada posteriormente por el Papa Honorio III en 1226. Los carmelitas, de acuerdo a dicha regla, debían vivir ‘a la manera’ del Profeta Elías y de María Santísima.

También en el siglo XIII, el Papa Inocencio IV concedió a los carmelitas el privilegio de ser incluidos entre las órdenes mendicantes, junto a franciscanos y dominicos. Eso significó un cambio muy grande para la Orden, que, por lo demás, sería reformada siglos más tarde por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz (siglo XVI).

Devoción

Es imposible enumerar los lugares dedicados a Nuestra Señora del Carmen, o hacer una lista con todos sus patronazgos. Solo en España, por ejemplo, la Virgen del Carmen es patrona de los marineros y pescadores, así como de la Armada Española. Las ciudades que la celebran en la Península son prácticamente incontables.

En América sucede algo similar. En Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay o Venezuela, el día de la Virgen del Carmen es una auténtica fiesta: se realizan procesiones, se concluyen las novenas solemnemente, y los devotos perennizan su gratitud en una variedad de tradiciones populares. Como muestra de ello, en muchos lugares se realizan homenajes a todas las mujeres que se llaman “Carmen” o “Carmela”.

Estas expresiones religiosas o culturales evidencian el profundo impacto que la espiritualidad carmelita ha logrado en el Pueblo de Dios, y que hoy sigue animando a millones de personas a amar y pedir la protección de la Madre de Dios.

¡Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros!

Sobre San Charbel 

Su nombre original era Joseph Antoun Makhlouf. Nació en 1828 en el pueblo libanés de Beqa-Kafra. Fue el más joven de cinco hermanos y sus padres eran sencillos y devotos agricultores maronitas.

2. Buscaba la santidad desde niño

Se cuenta que el anhelo de Joseph era la santidad. Incluso cuando era niño se iba solo a una gruta y rezaba. Creció con el ejemplo de dos de sus tíos, ambos ermitaños.

3. El nombre Chárbel está inspirado en un santo de la iglesia primitiva

A la edad de 23 años viajó más de un día a pie hasta llegar al Monasterio de Nuestra Señora del Líbano, donde comenzó su noviciado. Cuando se unió a la orden de los monjes maronitas libaneses en el Monasterio de San Marón en Annaya, eligió el nombre de Chárbel en honor a un mártir del siglo II.

4. Fue eremita y asceta

El santo vivió durante 19 años en el Monasterio de San Marón, muy dedicado a la oración, penitencia, trabajo manual y silencio contemplativo. También vivió un ascetismo riguroso y una profunda unión con Dios durante los últimos 23 años de su vida en una ermita.

La única perturbación que tenía era la gran cantidad de visitantes que llegaban atraídos por su reputación de santidad, para buscar consejo, la promesa de oración o su intercesión para obtener algún milagro.

5. Es el primer santo del Líbano

Chárbel fue beatificado el 5 de diciembre de 1965 y canonizado el 9 de octubre de 1977, convirtiéndose en el primer santo del Líbano y el primer santo oriental canonizado desde el siglo XIII.

El Papa San Pablo VI comentó en la ceremonia de beatificación: “¡Qué símbolo de unión entre Oriente y Occidente! Toda su existencia se centró completamente en la celebración de la Misa, en la oración silenciosa ante el Santísimo Sacramento y en la práctica heroica de las virtudes de la obediencia, pobreza y castidad”.

6. Sufrió una parálisis que le causó la muerte

En 1898, el P. Chárbel sufrió una hemiplejía (parálisis en un lado del cuerpo) mientras celebraba Misa. Murió ocho días después, en la víspera de Navidad, a la edad de 70 años.

7. Su cuerpo fue hallado incorrupto

Se cuenta que, tras su muerte, apareció una luz deslumbrante alrededor de su tumba. Cuando ésta se abrió cuatro meses después, el cuerpo del ermitaño estaba incorrupto, secretando sangre y sudor. Su cuerpo continuó sangrando durante muchos años, y a veces la sustancia incluso brotaba de las paredes de su tumba.

8. Vivió como ermitaño, pero fue muy popular tras su muerte

El humilde ermitaño que sólo sabía rezar, guardar silencio, obedecer y hacer penitencia, se hizo conocido en todo el mundo. Para 1952, el Monasterio de San Marón había recibido 130.000 cartas de 95 países, algunas pidiendo cualquier objeto que hubiera estado en contacto con el santo monje y otras expresando gratitud por los favores recibidos.

Además, la tumba de San Chárbel recibe alrededor de 4 millones de visitantes al año, incluidos cristianos y musulmanes.

9. Intercedió por miles de milagros y los sigue haciendo

Según el Monasterio de San Marón, desde el comienzo de los prodigios obrados por San Chárbel, existen alrededor de 29.000 milagros documentados en el archivo del monasterio. Cada año ocurren por su intercesión alrededor de 100 milagros, de los cuales al menos el 10% de los destinatarios son personas no bautizadas, incluidos musulmanes, drusos, judíos y ateos.

Antes de 1950, los milagros se verificaban sólo a través del testimonio de un sacerdote. Ahora, con la tecnología médica más avanzada disponible, se solicitan los documentos médicos que demuestren la enfermedad inicial de la persona y, más tarde, la recuperación inexplicable de su buena salud. 

También te puede interesar

Sobre Nosotros
Categorías
Información
Síguenos

© 2025 Christiania finearts .
Todos los derechos reservados. Powered by Jumpseller.
  • Visa
  • Mastercard
  • American Express
  • Paypal